El asesinato de Jimmy no es por desgracia el primer crimen fascista que ha contemplado Arganzuela. Tenemos otro triste ejemplo de la brutalidad e impunidad con la que opera la ultraderecha a solo unas plazas de distancia, en Legazpi, y en el recuerdo de nuestro compañero Carlos, asesinado en 2007. Y otro crimen más, con la firma de los mismos asesinos y el mismo lugar, el de Aitor Zabaleta, en 1998.
Arganzuela y su vecindario no es ajena a la realidad de una hinchada, el Frente Atlético, de ideología abiertamente neonazi, que lleva décadas campando a sus anchas por el distrito, al amparo de un estadio -y terreno de especulación urbanística, el Vicente Calderón, y de un club, el Atlético de Madrid, que han sido y son cómplices y responsables de las agresiones que este grupo comete fuera y dentro del campo.
No nos engañemos: la permisividad con la que el club ha alimentado a Frente Atlético es la que permite que se financie, que opere y que difunda su propaganda ultranacionalista, patriarcal, homófoba y xenófoba. El club y la propia lógica capitalista que rodea el enorme negocio del fútbol moderno les nutre y da cobertura; pero también lo hacen las fuerzas policiales, las institucionales y especialmente la Delegación de Gobierno de Madrid, actuando con el doble rasero con el que siempre se han caracterizado a la hora de tratar a las hinchadas de ultraderecha en nuestra ciudad, así como los medios de comunicación, que han intentado despolitizar el conflicto con la ya consabida "reyerta de bandas". El miedo a destapar una realidad, la de que estos crímenes son ideológicos, premeditados y que podrían haberse evitado, realidad que pondría en evidencia las cloacas de esta industria millonaria.
Pero Arganzuela ni quiere ni teme al Frente Atlético, ni tampoco la propia afición colchonera, a la que exigimos tolerancia cero con el fondo sur y sus asesinos. Arganzuela es un barrio obrero y multicultural donde no cabe el Frente Atlético ni lo que representa, ni quienes lo toleran desde su pasividad. No son bandas, son ultraderechistas organizados y amparados por el poder.
No permitiremos una sola agresión fascista en nuestro barrio. Señalaremos y denunciaremos sus cómplices y culpables. El Frente Atlético y sus perros no son sino la punta de lanza de un sistema que día a día nos golpea con guante de seda y en días como hoy, también lo hace con puño de hierro.
Desde Juana Doña AGZ queremos mandar nuestra solidaridad con las víctimas del fascismo hoy, ayer y siempre, y dejar patente que la juventud de AGZ no tiene miedo, y no tolerará nazis en sus calles, ni en sus espacios de ocio.
ANTIFASCISTAS SIEMPRE.
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