25 ene 2016

El Colectivo Juana Doña Arganzuela abandona la asamblea del CSO La Traba

Desde el Colectivo Juana Doña Arganzuela queremos hacer pública nuestra salida de la asamblea del CSO La Traba. Se trata de una decisión meditada surgida del agotamiento de todas las vías internas de diálogo, por lo que nos hemos visto obligadas a dar este paso que consideramos negativo para todo lo que estamos construyendo en Arganzuela. Negativo pero necesario, y como única opción coherente para nosotras y nosotros, y para el barrio y la construcción del común.

Tras más de un año participando en la asamblea del CSO La Traba, desde el principio hemos venido observando, sufriendo e intentando solucionar una serie de prácticas antiasamblearias y machistas por parte de algunos sectores de la asamblea en las que no entraremos en profundidad. Las compañeras de Arganzuela Maquis - La Nueve sí han señalado con más detalle algunas de ellas en el documento que han hecho público, y que desde el Colectivo Juana Doña Arganzuela ratificamos.

Hemos intentado solucionar en la asamblea del CSO La Traba de las formas más constructivas posibles todas estas actitudes y comportamientos. Pero a pesar del desgaste personal y colectivo que nos suponían estos procesos, estas mismas prácticas se volvían a repetir de forma sistemática. Constantemente vemos como el colectivo La Plataforma y sus círculos más afines se colocan a sí mismos en una posición de autoridad, dinámica que se repite en todos los espacios políticos que compartimos. Para ello, se amparan en una supuesta experiencia militante mayor, así como constantemente se erigen por encima de la propia asamblea de La Traba alegando que ya venían del anterior espacio. Esta lógica imposibilita a La Plataforma llevar a cabo un ejercicio de autocrítica, por muy constructivos que sean los intentos de visibilizarlo.

Compartir y apoyar el documento hecho público por Arganzuela Maquis - La Nueve es, aunque doloroso, la única opción políticamente coherente, y una obligación con nosotras mismas y con el barrio. Hemos sido testigos pasivos y activos de muchas de las situaciones que ahí se especifican. En muchas ocasiones, y debido a la complejidad de los conflictos que se creaban al tocar el nivel personal, no hemos sabido identificar algunas agresiones y reaccionar a tiempo, o hemos llegado a conformarnos con resultados parciales. Ahora, analizando esas mismas situaciones con la perspectiva ganada con el tiempo, asumimos que no son aceptables.

Creemos que el cauce natural para solucionar los conflictos que se dan en un espacio político son las asambleas internas, para seguir construyendo el común. Pero tras intentar estos cauces en múltiples ocasiones, y cuando las prácticas se convierten en agresiones sistemáticas y generan desgastes personales inaguantables en la militancia, así como al ver los casi nulos resultados debido a la ausencia de autocrítica y de esta posición autoritaria, el único paso que queda es abandonar el proyecto que con tanta ilusión contribuimos a crear y hacer públicos los motivos de dicha decisión.

Abandonar la asamblea del CSO La Traba es la única manera de seguir construyendo barrio, y de seguir compartiendo espacios y proyectos políticos con el resto de agentes políticos de Arganzuela. Como hemos venido haciendo hasta ahora, nuestra mayor ilusión es seguir creando y participando en proyectos con nuestras vecinas y vecinos. Nunca vamos a abandonar esta labor.

Más ilusionadas y decididas que nunca, seguimos compartiendo luchas y alegrías con nuestras vecinas de Arganzuela.

5 ene 2016

Calle Juana Doña

Desde el Colectivo Juana Doña Arganzuela celebramos la decisión tomada en el último pleno de la Junta de Arganzuela el 9 de diciembre de 2015, en el que se aprobó el cambio de nombre de la Calle Batalla de Belchite por el de Calle Juana Doña. Así conseguimos que se cumpla con la Ley de Memoria Histórica, ignorada y despreciada durante años, y se haga justicia a la memoria de Juana Doña, luchadora símbolo de nuestro barrio.


Juana Doña nació en Madrid en 1918, y dedicó toda su vida a luchar contra el franquismo y por el feminismo. Como la inmensa mayoría de sus compañeras y compañeros, durante la dictadura fue presa política, sufrió torturas, represión, la pérdida de seres queridos… lo que no consiguió doblegar su espíritu y detener su lucha. A pesar de su dedicación ejemplar a la construcción del común, su memoria y su trayectoria fueron silenciadas y encerradas en el baúl de la historia.

A propuesta de las y los vocales vecinos de Ahora Madrid Arganzuela, el 9 de diciembre se cambió el nombre de la Calle Batalla de Belchite, utilizada por el franquismo como propaganda antirrepublicana, por el de Juana Doña, mujer feminista y escritora. Calle histórica del barrio que albergó la Cárcel de Yeserías, donde tantos y tantas compañeras de Juana Doña fueron presas políticas, y el Centro Social Okupado La Traba hasta su demolición en 2014.

Como las y los compañeros vocales recordaron en la Junta, es hora de hacer justicia. Es hora de acabar con décadas de olvido forzado: “cuando la amnesia es obligatoria, la memoria es revolucionaria”. Tenemos que conocer y sentirnos orgullosas de nuestra historia, y recoger el testigo de tantas luchadoras. Debemos “convertir nuestra ciudad una ciudad de la memoria”. Nos alegramos también que al fin se elimine toda la demás simbología fascista que queda en nuestra ciudad.

Como ya denunciamos en una acción hace ahora un año, reivindicamos una ciudad feminista, construida desde abajo por y para todas y todos. El callejero que tenemos es un fiel reflejo de la sociedad patriarcal y desmemoriada en la que vivimos: “no es que no existan mujeres que merezcan ser recordadas, es que una vez más los hombres han ocupado y copado el espacio público hasta controlarlo casi todo”.

Todo esto no consiste en olvidar la historia, sino todo lo contrario. Se trata de rescatar del olvido al que millones de represaliadas quedaron condenadas. Se lo debemos: seguimos exigiendo verdad, justicia y reparación.